Gran Mandala del "Eneagrama Pakua" de Amantis Oracular
El presente símbolo del "Eneagrama Pakua" canalizado por la Mamisa Mahja-Li y el Alquimista Aeon, gracias a la guía de los espíritus que los instruyen a través del vehículo "Amantis Oracular" y, particularmente, a través del Tarot Corazonada Intuitiva, integra los valores primordiales que se amalgaman en este particular programa de estudio.
Justamente, en este símbolo se representan las Fuerzas, Elementos y Substancias que se combinan en las diferentes artes, ciencias, métodos, actividades y disciplinas, de Oriente, Medio Oriente y Occidente, que se comparten a través de las Cinco Escuelas propuestas en Amantis Oracular.
Considérese que el Eneagrama, concebido por el místico G. Gurdjieff, es un instrumento de autoconocimiento y un mapa para el desarrollo de la conciencia humana.
A diferencia de la interpretación popularizada por sus seguidores, sabemos que para Gurdjieff, el Eneagrama representa una compleja red de relaciones y procesos que rigen el comportamiento y la evolución del ser humano.
No se trata solo de un diagrama con números o tipos de personalidad, sino, antes bien, de una estructura energética y psicológica que refleja las leyes universales que intervienen en la transformación interior de toda persona.
Según Gurdjieff, el Eneagrama es una representación del proceso de creación, de los ciclos de cambio al igual que el Yijing (iching) y, por otro lado, de cómo las energías internas potenciales de toda persona pueden alinearse o desorganizarse a lo largo de su vida.
En este símbolo, de acuerdo a las enseñanzas directas dadas por Gurdjieff, antes de morir, los tres caminos: el del Fakir, el del Monje y del Yogui, se presentan como recorridos que tienen en común el deseo de alcanzar un estado superior de conciencia, aunque se diferencian radicalmente entre sí por sus propios enfoques.
Más aún, si estos tres aspectos o caminos se combinan en diferentes proporciones, tal como se muestra en el Gran Mandala del "Eneagrama Pakua", es decir, si se combinan más con una tendencia que con otra, y no separadas entre sí, sino, interrelacionadas a partir de su estado puro, las conclusiones se ajustan muchísimo a la visión original de Gurdjieff.
Esto es lo que tratamos nosotros aquí, a través del Movimiento de las Esencias Arquetípicas de la Hermandad Cristal que se representan a través de uno de los símbolos de Amantis Oracular.
A modo de introducir brevemente lo que en los libros de Amantis Oracular se desarrolla extensamente con otra simbología adicional, más acorde a la idiosincrasia de estos tiempos, diremos que el Fakir, según Gurdjieff, es aquel que busca la transcendencia a través del sufrimiento físico y la auto restricción. Su camino es uno de renuncias y desapegos extremos, donde lo corporal (la materia) y sus necesidades son castigadas con el fin de trascender la identificación con el plano material. El Fakir se enfrenta a la naturaleza física ordinaria del ser, sin embargo, en su severidad corre el riesgo de alienarse y perder la vida sensible sin llegar integrar su verdadera naturaleza interna.
El Monje, por otro lado, busca la unión con lo divino a través de la devoción y la sumisión a una estructura religiosa o dogmática. Su camino está centrado en la disciplina mística, en las emociones, en la moralidad y en la renuncia a los deseos mundanos. Sin embargo, su enfoque espiritual puede quedar atrapado en la adoración de un ideal externo, en lugar de centrarse en la auténtica transformación interior.
Por último, el Yogui aspira a la realización supra mental o espiritual a través de la meditación, trabajando principalmente con la mente profunda no intelectual. Su búsqueda es la conexión directa con el universo y lograr el control de las energías internas a través de prácticas específicas, ya sea de concentración como de estados meditativos, corriendo el riesgo de sucumbir a la abstracción utópica irreal de sus propias fantasías, esas experiencias metafísicas inconexas sin asidero concreto.
En base a estos tres caminos, tenemos que el Cuarto Camino, el camino que Gurdjieff propone como el más integral y abarcador, se basa en un enfoque amplio, no limitado a ninguna de estas tres rutas. Así pues, en lugar de dividir al ser humano en cuerpo, emoción y mente como lo hacen los caminos anteriores, el Cuarto Camino busca un equilibrio y un desarrollo o "trabajo" simultáneo en todas las áreas del ser, sin excluir ninguna. De este modo, quienes transitan este camino, según Gurdjieff, no deben aislarse del mundo, sino que tiene que aprender a trabajar en su propia conciencia mientras se enfrentan a las exigencias de la vida cotidiana. Por lo tanto, no se trata de renunciar a la vida o de escapar de las dificultades, sino de encontrar un camino hacia la autocomprensión mientras se está plenamente presente en el mundo. El Cuarto Camino es, en esencia, un camino de transformación que integra lo físico, lo emocional y lo intelectual en un proceso continuo de despertar consciente.
Ahora bien, con esta nueva versión del Gran Mandala del "Eneagrama Pakua" de Amantis Oracular, se revive la visión original del Maestro G. Gurdjieff, llevando su profundidad y elevación a un nuevo nivel.
Precisamente, la difusión de esta sabiduría ancestral es lo que anhelamos consolidar en este tiempo presente, abocándonos con todo el alma y corazón a compartir los fundamentos que habiliten el acceso al conocimiento iniciático que aún se encuentra velado.
